Escribe Benjamín
Zapata Serra
FOLKLORE
En principio, conozcamos el significado de esta palabra. Folklore
deriva de un vocablo inglés, “folk”
significa pueblo y “lore”
sabiduría. Sabiduría de los pueblos con sus costumbres, tradiciones,
vestimentas, fiestas, ritos, ceremonias, etc.
Ahora bien, al hablar del folklore médico sullanero, debemos
remontarnos a las costumbres, mitos y ritos ceremoniales de los antiguos
habitantes de esta región del Perú; nos referimos a los tallanes del
valle Turicarami (Chira), y de manera particular a los marcaveles (Marcac
Huillca), nombre con que se conocía a los primitivos habitantes de
Marcavelica, actual distrito de la provincia de Sullana.
“WALAC”
DIOS DE LOS TALLANES
El gran dios de los tallanes, según refiere el historiador Jacobo
Cruz Villegas, era denominado “WALAC”
(ojo grande que avisora la lejanía). Era el Dios que lo veía todo y además
velaba por el bienestar de las cosechas y la salud de toda la nación tallán.
También se rendía culto a otros dioses menores, sobre todo en el marco
zoológico de la fauna tallán: culto al venado, al puma, etc.
EL
SAGRADO “LAGARTO DE ORO” Y EL CERRO “NARIZ DEL DIABLO”
En la mitología tallán, se considera, particularmente entre los
habitantes del valle de Marca Huillca, la leyenda del legendario
“Lagarto de oro”, al cual se le atribuía poderes mágicos, sobre todo
para curar enfermedades y todo tipo de males.
El culto al sagrado “Lagarto de oro” se efectuaba en los
alrededores del misterioso cerro de los marcahuillcas, conocido hoy como
“La nariz del diablo”, por su apariencia siniestra, como si fuera un
rostro en la que se observa una sinuosa
nariz deformada, de lo que deriva su nombre. Aunque cabe señalar que la
actual apariencia del cerro se ha visto muy modificada como consecuencia
de las lluvias de 1983 y 1998.
Este cerro se encuentra ubicado a un costado de la vía que conduce
a Salitral, en la margen derecha del río Chira y frente a la ciudad de
Sullana.. Geográficamente corresponde a un elevado y macizo cerro de
naturaleza gredosa (arcilla), integrante de una cadena de estribaciones en
la parte media del valle del Chira.
Era precisamente alrededor de este lugar donde los marcaveles
realizaban sus ceremonias o ritos, para invocar a sus dioses, la salud y
bienestar de su pueblo, actos que eran conducidos por los hechiceros o
curanderos tallanes, con la ayuda de hierbas medicinales o brebajes.
En la época de la conquista, los marcaveles, al tener conocimiento
de la llegada de los españoles, dice la tradición, enterraron al sagrado
“Lagarto de oro” en las entrañas de este misterioso y legendario
cerro, para que no caiga en poder del invasor.
Los antiguos moradores de Marcavelica, creen que este cerro era un
cementerio tallán, y que en determinados días del año abre sus
“encantos” y las huacas de los gentiles. Años atrás, en los días de
Viernes Santo se “huaqueaba” por el lugar.
FOLKLORE MEDICO
SULLANERO
La
medicina folklórica, tambien llamada medicina tradicional, es el arte de
curar o aliviar las enfermedades por medio de procedimientos empíricos,
populares y tradicionales. En la actualidad se le está dando gran
importancia a este arte-ciencia. Es así que en nuestro medio se realizan
eventos relacionados a la medicina tradicional, que cuentan con el
auspicio de reconocidas instituciones públicas y privadas.
MEDICINA TRADICIONAL SULLANERA.
Es así que la medicina tradicional sullanera se ha debatido por
mucho tiempo, en el empirismo ancestral, supersticiones, hierbas
medicinales, brebajes, ritos y ceremonias mágico-religiosas. Practicada
por los hechiceros o curanderos y que actualmente recibe el nombre de
“curiosos” o “entendidos”. La ciudad de Sullana a su vez se
encuentra situada sobre tres grandes montículos o lomas que para algunos
estudiosos podrían ser tres huacas o cementerios tallanes: “Mambré”,
“Alto de la Paloma” y “Teodomiro”.
HIERBAS MEDICINALES
Por otra parte debemos recalcar las riquezas naturales de la
provincia de Sullana en su flora y fauna y sobre todo en la gran variedad
de vegetales de uso medicinal, que muchos de nosotros desconocemos,
llamando la atención de propios y extraños.
En el valle del Chira, hay por lo menos medio centenar de especies
vegetales de distintos usos en medicina tradicional, que se usaban en la
época de los tallanes y hoy se usan como curativos, tonificantes,
laxantes, tizanas e incluso como afrodisiacos y alucinógenos. Lo más
curioso del caso, es que todos estos vegetales de uso medicinal crecen en
forma espontánea, no necesitan muchas veces, ni de sembríos ni de
cuidados especiales, y como dirían nuestras abuelitas, son “carne de
perro”.
Como es de suponer, unas plantas tienen más uso e importancia que
otras y algunas son peligrosas para la salud, como la temible y conocida “zimora”, planta alucinógena que mal empleada puede causar
demencia o locura. La “borrachera”
es otra hierba alucinógena, cuyas hermosas y engañosas flores de color
lila, por su alto contenido de selenio y alcaloides “aloca” a las
cabras.
USOS TERAPEUTICOS
Las hojas de “vichayo”
son empleadas para combatir el sarpullido. Las hojas de “overal”
en forma de tizanas para el tratamiento de las enfermedades hepáticas. El
“piñón”, arbustos de los
cercos de sembríos, se emplea como laxante; el jugo que brota de su
tronco lo usan para curar heridas y hemorroides. La flor del “zapote”
en tizana es usado como laxante suave al igual que la pulpa de “tamarindo”
en forma de refresco como antibilioso, sus propiedades medicinales se
deben al contenido de ácido tartárico y de tartratos. Las hojas de “llantén”
aplicadas directamente o empapadas con vinagre, para combatir los dolores,
tumefacciones e hinchazones. En forma de infusión o tizana, la hoja de “llantén”
actúa como astringente y regulador estomacal; el zumo de sus hojas y
mezclados con miel de abeja sirve para el tratamiento de las
“boqueras”.
Las hojas de “albahaca”
por su alto contenido de alcanfor son usadas a manera de cataplasmas para
“resolver” o “madurar” varias tumefacciones; en infunsión al
igual que la “hierba luisa” es usada como diurético.
El “orégano” es
otra hierba de uso variado en medicina tradicional. Como infusión es un
aromático estomacal y antiespasmódico; las hojas aplicadas en la parte
inferior del abdomen sirven para curar el “mal de orina”. El
cocimiento en baños para combatir el prurito y la sarna. Según la
tradición el orégano ahuyenta a las culebras, por cuya razón, la gente
de campo barre sus casas con ramas de orégano.
El “anís” en infusión
se emplea con mucho éxito para combatir los flatos (gases); en los niños
cura los “retortijones”; en las recién “paridas” para tratar los
llamados “entuertos”. La “manzanilla”,
tiene un gran valor energizante, llamado por eso el “desayuno de los
pobres”, en infusión bien caliente se utiliza como sudorífico; también
en las indigestiones y en los flatos.
El “palo santo”, que
en nuestro medio es usado para ahuyentar a los zancudos, tiene mucho uso
en la medicina tradicional. Este árbol produce una resina transparente,
blanca y a veces amarillenta, es usada en “parches” como calmante y
analgésico. Aplicado en las “sienes” quita el dolor de cabeza y las
jaquecas o migrañas. El cocimiento de su corteza se emplea como sudorífico;
macerada en alcohol se utiliza para el tratamiento del reumatismo mediante
frotaciones. La corteza de palo santo es una de las más usadas en los
ritos ceremoniales, como “ahumador” y para espantar malos espíritus.
La resina del “algarrobo”
es odorífera y semeja mucho incienso. En medicina tradicional se emplea
esta cualidad en las afecciones catarrales del pulmón, en especial contra
el asma crónico. El fruto verde del algarrobo “majado” y aplicado en
empasto da buenos resultados en las quemaduras recientes; según los
“entendidos” las cura completamente en sólo siete días. La corteza
que contiene el fruto del algarrobo se quema en los escondrijos de
cucarachas, grillos u otros insectos, eliminándolos.
ALGUNAS EXPRESIONES POPULARES DE LAS ENFERMEDADES.
ESTADO
DE SCHOCK
“Mijita” se
encuentra bien “marchita” y
“desmadejada”, “pela”
sus ojitos y los “tuerce”
para atrás. Le “arde” su
barriguita como si fuera una “brasa”.
Está con una “juerte”
calentura en su “cerebrito”.
Sus “patitas” están bien “heladitas”.
CUADRO RESPIRATORIO AGUDO.
El “chacho” le digo, que ha estado toda lo noche “tuese que tuese” que no ha “dejao”
dormir. Se le cerró su pechito y su “guerguero”.
Está con “juerte acesido”
y “ansias de arrojar”. Se le “suspendió”
la fiebre bien “altísima”.
Se le “voltearon” sus
ojitos y le dio “alferesia”,
llamé a mi comadre Santos y con una “santiguadita”
y
unas “sobaditas” se le pasó.
CUADRO GASTROINTESTINAL
A mi Santos le están “reventando”
sus muelitas por eso tiene “ligeras”
y se pasa que parece “aguita”,
“luego y luego” hace como
cortadillo.
Dispense Ud., huele “jediondo”
como “huevo podrido”. Creo
que es de frío por lo que hace pura “mucosidad”,
tiene un “juerte resfrío”
a los intestinos. Le “crugen”
sus “tripitas” y su “estomaquito” no le soporta nada y todo lo que toma lo “arroja”.
Le “brinca su
corazoncito” y tiene mucha “aburrición”
en su cuerpito. “No se
halla” y no puede dormir. Se encuentra bien “aventao”
y sus tripas le suenan como “calabozos”.
CUADRO DE VIAS URINARIAS
El “churre” se ha “cerrao de poros”, se ha “estancao”
la orina y no puede “mear”.
Creo que tiene “mal de orina”,
se le ha “cerrao su cañito”
y a veces orina “de a gotitas”.
Su orina está bien “cargada”
y “huele jediondo”, a “birrinchi”
y a veces “bien juerte” que
arde las “vistas” y las “narices”.
SEUDO CRUP
Estando bien sanito “mijito”
y de un momento a otro de “puro
manatural” se le cerró su pechito. No puede dormir, tiene que estar
sentadito, no puede respirar y tiene bastante “acesido”
y “tuese” pero bien “feísimo” como si fuera la tos de un “perro apestoso”. Está bien “ronco”
y cuando “tuese” apenas se le escucha. Cuando habla, su voz está bien
“apagada”, apenas se le
escucha. Es como si se hubiera “atorao”
con una espina de “pescao”.
COSTUMBRES Y
TRADICIONES
Sullana
aparece como centro poblado hace un poco más de doscientos años,
absorbiendo los elementos de las diferentes culturas que conforman el
nuevo Perú, la tallán-inca y la española.
Sullana
por su ubicación geográfica ha recibido oleadas inmigratorias de todas
partes del Perú, inclusive del sur de Ecuador. Hoy en Sullana tenemos
inmigrantes que se han enraizado en nuestra ciudad aportando y
enriqueciendo nuestro acervo cultural.
El
encuentro de todas estas culturas ha permitido un mestizaje y nuevas
costumbres y tradiciones que aún se conservan y practican en nuestro
pueblo.
LOS ANGELITOS Y LAS VELACIONES.
Noviembre
es el mes de las velaciones. Es la ocasión en que se acude al cementerio
en busca de la tumba de un pariente difunto para recordarlo y rezarle.
Pero por la idiosincrasia de nuestros habitantes, esta fecha es
conmemorada de manera muy especial, sobre todo en los poblados rurales de
nuestra provincia.
Así,
el primero de noviembre aquellas madres que han perdido un niño, al que
se le conoce como “angelito”, recorren los lugares y van preguntando a
los niños por su edad y si la respuesta de alguno de ellos coincide con
la edad del niño fallecido les reparten unos dulces especiales llamados
“angelitos”, por lo que a ese día se le llama “día de los
angelitos”. También les dan estos “angelitos” a aquellos niños que
físicamente tienen parecido con el niño fallecido. Los “angelitos”
son unos dulces diminutos, como que diminutos son los pequeños
fallecidos. Estos dulces pueden ser cocadas, rosquitas, manjar,
alfajorcitos...
Al
día siguiente, el dos de noviembre, “día de las velaciones”, se
dedica a los difuntos mayores o adultos Mucha gente acude a los
cementerios en busca de la tumba del pariente fallecido, llevándoles
coronas de flores sean naturales o artificiales, alumbrando la tumba con
velas o linternas a kerosene y en algunos casos contratando los servicios
de una empresa de electricidad que les instala un bombillo. Mucha gente se
instala desde la noche del primero y amanecen “velando” a su ser
querido.
Espectáculo
aparte es el que protagonizan los rezadores, persona diestra en decir
letanías, credos y avemarías, matizados con cantos y a veces lastimeros
llantos, tan “sentidos” como si realmente se tratara de un propio
familiar. Estos rezadores reciben propinas de acuerdo a la calidad del
servicio realizado.
Por
otro lado, alrededor del campo santo se congregan vendedores de flores,
vivanderas, vendedores de fresco y dulces, precarias cantinas ofreciendo
chicha y hasta cerveza, muchachos que alquilan escaleras para coronar las
tumbas ubicadas en las partes altas. Pero los panaderos no se quedan atrás,
ofrecen unas roscas grandes y crocantes que les llaman “rosca de
muerto” que los familiares del difunto adquieren y comparten con amigos
o transeúntes que los acompañan en la “velación”.
LOS PARVULITOS.
Es
una costumbre que cuando muere un “angelito” (niño), le arman un
altar mortuorio, generalmente sobre una mesa, a la que cubren con una sábana
blanca, adornado con estampas, espejos, pequeñas banderas y cadenillas de
varios colores. En el centro del altar colocan un muñeco grande y uno más
chico a cada lado de sus costados. Los parientes y vecinos envían flores
y por la noche todos expresan sus condolencias, velando al niño entre la
conversación y los tragos de anisado y ron.
EL SEPELIO.
Consiste
en trasladar al difunto desde la casa donde vivió o donde se “veló”
hasta el cementerio, acompañado por cierta cantidad de personas, evento
que se conoce como “cortejo fúnebre”.
Encabezando la marcha desfilan un grupo de niños portando flores,
en ocasiones precedidos por vehículos que portan “arreglos” florales.
En algunos casos participa una agrupación musical que entona cantos fúnebres.
Dependiendo de la reputación del occiso, asisten delegaciones de
instituciones con sus estandartes. Continúa el féretro cargado por
parientes o allegados que se van turnando para participar en el duelo y
finalmente cierran el cortejo los parientes directos rodeados de
allegados, vecinos y acompañantes en general. Algunas veces interviene
una hermandad religiosa que dirige los rezos y cantos relacionados al
hecho. No faltando los “llorones” que ensalzan las virtudes que en
vida tuvo el difunto.
EL SANTO ROSARIO O
LOS NUEVE DIAS.
Son
las oraciones que realizan personas entendidas durante el “velatorio”
del difunto y cinco o nueve días seguidos después del sepelio, donde por
la noche se reúnen los parientes y allegados compartiendo oraciones con
el rezo del Santo Rosario hasta que se termina con el levantamiento del
“Cristo” en el último día. En estas reuniones, después del rezo, es
típico el reparto de un plato con un guiso, café, sanguches y para
“asentar” el respectivo anisado.
SEMANA SANTA.
Son
días de recogimiento y reflexión donde se recuerda la vida, pasión y
muerte de Cristo. Es una actividad religiosa programada por la iglesia católica.
Los días principales son el jueves y viernes santo. Uno de los platos
favoritos es la “mala rabia”, pues en estos días no se debe comer
carne.
EL PELAMIENTO.
Es
una costumbre donde se realiza la ceremonia de cortar el pelo de un niño
por primera vez. Para esto, los padres seleccionan e invitan como
“padrinos” a gente allegada. La ceremonia generalmente se realiza a
partir de las diez de la noche y consiste en que la madre sienta al “moñón”
en una silla, rodeado por los padrinos; a la madrina le
corresponde cortar el “moño mayor” que lo deposita en un plato
y el “capillo” en una bandeja. Luego sigue el padrino que corta otro
pedazo de moño y deposita el “capillo” que siempre es más que el
anterior. A continuación empieza la fiesta que dura hasta el amanecer.
CREENCIAS Y
SUPERSTICIONES.
Las
creencias y supersticiones, son parte de nuestro folklore, que datan de
tantos años. Hay gente que aún cree, por ejemplo, en la saladera, por el
hecho de que se encuentre un poco de sal que de alguna manera se desparramó
en inmediaciones de la vivienda que habita. O se cree que el lastimero
canto nocturno de una lechuza, es presagio de muerte. Que si se pasa
debajo de una escalera, es desgracia segura... y sálvese si se le
atraviesa un gato negro...
En
el caso de la ruda y la zábila, son usadas en casa o negocios para
combatir la envidia, rechazar las energías negativas, la mala suerte. La
ruda se coloca en un florero o tarro con agua que se cambia y la arrojan
en la puerta de la vivienda o del negocio si lo tuvieran. La zábila con
su lazo rojo es colgada detrás de la puerta, al lado de una cruz hecha
con palma bendita. Se dice que si la zábila “llora” o se seca es
porque hay “daño”.
Entre
las creencias y supersticiones más populares tenemos el chucaque, el mal
de ojo, el susto...
EL CHUCAQUE
Es
un malestar que supuestamente adquiere una persona, como resultado de
pasar una “vergüenza” al
ser insultada o despreciada. A veces también, por recibir un piropo o por
ser observada por gente extraña... Se caracteriza por el dolor de cabeza (dolor
de “cerebro”), decaimiento (desmadejado),
falta de ánimo (“aburrición”),
irritabilidad (“nervios”) y
a veces acompañado de náuseas (“ansias
de arrojar”), vómitos y diarreas (“salideras”
o “ligeras”). Otras veces el chucaque se caracteriza por intensos
dolores abdominales, compatibles con un cuadro agudo “cólico miserere”. Para curar esto se recurre a un “rezador”,
que luego de examinar el vientre del paciente comprueba que le late el
ombligo diagnostica el chucaque. Para curarlo empieza a rezar a la vez que
aplica fuertes masajes en el abdomen, apretones de cabeza, brazos y
piernas, lanzando improperios e insultos contra las personas causantes del
mal. Para terminar reza el credo al revés y le da de beber al enfermo
agua con alcohol endulzado. Después de media hora de haberlo santiguarlo
el afectado da muestras de sentirse mejor. Sin embargo, a veces es
necesario hacer el tratamiento 3 ó 4 veces más para finalmente lograr la
cura total.
EL MAL DE OJO, “OJEAO”
Causado
por el “ojo juerte” que produce la mirada de algunas personas y que
tienen el poder de “ojear”,
ocurre generalmente en los lactantes y niños de corta edad. También se
atribuye a espíritus malignos atraídos por la hermosura de un niño o
por una gracia de éste. De ahí la costumbre de proteger a los niños
vistiéndolos con ropa de telas coloradas y colocándole en la mano
derecha chaquiras, amuletos, etc. prendidos en una cinta roja con lo que
se desvían los malos espíritus que acechan a su alrededor.
Los síntomas de un niño con “mal de ojo”
son el llanto frecuente (“llora
que te llora”), intranquilidad, inapetencia, náuseas, vómitos y
fiebre alta. Ante esto es necesario la presencia de un “santiguador” que inmediatamente empieza con sus rezos haciéndole
la señal de la cruz en la frente, en el pecho y del hombro izquierdo al
derecho. Hay ciertos santiguadores que utilizan un huevo fresco de gallina
(recién puesto) frotándolo en todo el cuerpo. Terminado el rezo se rompe
el huevo y el contenido se vierte en un vaso con agua, al mismo tiempo que
el santiguador exclama “¡fuerte
ha sido el ojo!, miren el altar que se ha formado con esas tres
velitas”... Hay veces en que al niño lo tratan diferentes
santiguadores, para que no sufran de este mal.
EL SUSTO
Se
le conoce también como “mal de
espanto” y por otros “daño”.
Es una enfermedad “neuro-psiquiátrica en la que el individuo es
afectado por una emoción muy desagradable o de terror provocada por un
golpe, o por apariciones imprevistas de animales dañinos, de bultos o
sombras o de perros que asustan por la noche. Aunque los habitantes de las
zonas rurales refieren que sucede por la “posesión
de espíritus malos” en los cerros, el agua (espejismos, visiones),
los animales o las huacas (antiguos cementerios tallanes). Los síntomas
son el nerviosismo y poco a poco se va adelgazando. Para la cura de este
mal se recurre al “curandero”, que escoge los días martes y viernes
por la noche para el tratamiento. Se inician los rezos y le hacen tomar al
paciente bebidas de hierbas hasta dormirlo, a la vez que ahuman el lugar
con palo santo. Luego le escupen el cuerpo con agua de hierba del espanto
y le preparan bebidas para que tome durante un mes, con lo que el afectado
se va sintiendo mejor hasta reponerse totalmente.
Otros curanderos curan el “susto”
frotando en el cuerpo del asustado un trozo de alambre mojado con
agua florida, a la vez que rezan. Terminada la sesión entierran el
alambre en las cenizas de un brasero, dejándolo hasta el día siguiente.
Son
frecuentes algunas expresiones como “el
cerro de la Nariz del Diablo está embrujado”; o “en la loma de Mambré de noche espantan”; “la huaca de Chalacalá está encantada” y otras expresiones
similares. Para protegerse del “susto” o del “daño”, los
campesinos hacen bendecir por un sacerdote o
riegan con agua bendita el lugar donde “espantan”
o “asustan”.
MAL DE AIRE
Es
un conjunto de síntomas que experimentan las personas que son expuestas a
cambios bruscos de temperatura y se caracteriza por fuertes dolores de
cabeza musculares y musculares en la región o zonas del cuerpo que han
sido expuestas al aire.
La curación se hace aplicando “ventosas”
en las zonas afectadas o pasando por el lugar afectado barras de azufre,
hasta que “crujan” o se
quiebren espontáneamente.
EL TONDERO
Hace
muchos años en los pueblos pequeños del Alto Piura “El Tondero” se
siguió bailando en su estructura primitiva, a la que pertenece esta
coreografía. El tondero nuestro se ejecuta con la mayor libertad de
movimiento, no hay reglas, su ritmo aflora de lo más íntimo del ser,
como efluvio del alma y de las emociones
COREOGRAFIA
Se
baila con mucha picardía y los bailarines se inclinan con frecuencia.
Organizando las figuras de su ejecución, éstas se suceden en el
siguiente orden:
Ella,
en actitud insinuante, con el pañuelo en la mano derecha, levantado a la
altura de su cabeza, alzando discretamente la falda con la mano izquierda
apoyada en la cadera y escarbando el suelo con el dedo pulgar del pie
(acto propio de los campesinos al sentir vergüenza), en actitud de espera
caderea suave y cadenciosamente frente a su pareja.
-
Surge el enfrentamiento o careo, colocados frente a frente, avanzan
en ida y vuelta, ella llevando recogida la falda con la mano izquierda en
la cadera, el pañuelo en la mano derecha veteándolo graciosamente de
arriba abajo.
Al
llegar al otro extremo, coquetea ingenuamente tratando de esquivarlo al
encontrarse con él, que bailando siempre en actitud de asedio, demuestra
su virilidad; rematan ambos en vuelta completa.
-
Comienza el rasqueteo: Ella algo agachada con la falda cogida en
las dos manos, los codos hacia atrás y la cara hacia arriba luce
insinuante; él también algo agachado mirándola fijamente y con el pañuelo
en alto, avanzan hacia adelante o en retroceso en actitud de raspar el
suelo con el dedo meñique; cruzando el pie derecho sobre el izquierdo o
viceversa, con pequeñísimos saltos casi al ras del suelo.
-
Continúan con la punta y talón (que consiste en sacar y asentar
el talón del pie derecho, golpeando con la punta del pie izquierdo hacia
atrás, vuelven a la posición de firmes y viceversa) manteniéndose ambos
frente a frente avanzan y retroceden con gestos de seducción, rematando
ambos con una vuelta completa hacia la derecha en el centro del ruedo.
-
Luego ella con provocaciones y mucha picardía acosándolo muy de
cerca zapatea garbosamente (golpeando todo el pie izquierdo hacia
adelante, seguido de dos golpes suaves con la punta del pie derecho, hacia
atrás) girando alrededor de él, que estando parado o arrodillado
finalizan la primera parte del baile generalmente con vuelta, punta y talón,
rasqueteando y vuelta rápida en el sitio. Hacen una breve pausa y, al
repiqueteo del cajón...
-
Continúan con la segunda, avanzan haciendo venias, con ligeros
cambios de figuras y ejecutando los mismos pasos, sin perder el ritmo
llevado acompasadamente en las caderas, brazos y pies: para luego según
improvisación que brota del encuentro de dos seres, que saben, como dice
el refrán: “Al son que me toquen bailo”, finalizar el baile con
espontáneo y fuerte sentimiento emocional.
NOTA.
El rasqueteo o actitud de raspar el
suelo, es el remedo de escarbar en la tierra que tienen gallinas. La
punta y talón rememora el uso del espolón de los gallos en sus peleas a
muerte. El
zapateado es un remedo a la forma típica del zapateo español.
(Condensado
de el artículo “El Tondero”
de
Pina Zúñiga de Riofrío).
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